¿Ciegos, sordos y mudos o seguimos con los ojos en la nuca?

En estos momentos cada quien debe contestarse a sí mismo. Pero, no hay razón para, desde nuestra irresponsable impavidez, no actuar frente a la crisis climática que se expresa mediante cada vez más frecuentes fenómenos climatológicos extremos.

Para combatir la crisis climática existen muchas iniciativas posibles que ya han demostrado su validez. Sin embargo, ineludiblemente el primer paso, para ello, debe estar orientado a tomarnos muy en serio la tarea. Siendo el principal reto de la Humanidad, aunque nos contente mirarnos el ombligo o distraernos en asuntos domésticos, debemos asumir nuestra responsabilidad modificando nuestra conducta ambiental.

Si bien es cierto que a los políticos les corresponde la mayor obligación, es bien sabido que solo modificarán su deleite con el statu quo, si experimentan el rechazo de los ciudadanos a la hora de las elecciones políticas y/o mediante la presión de las movilizaciones populares.

Solo cuando traslademos a nuestra cotidianidad nuestra toma de conciencia, relativa a la crisis climática, solo entonces empezaremos a combatirla. Si no es así, la casta política seguirá con sus ojos en la nuca. De esta manera, el imperio de los combustibles fósiles seguirá imponiéndose a las energías renovables y las multinacionales seguirán arrasando los recursos del planeta. Y así nos iremos acercando. sin pausa. a un escenario desastroso, impensablemente funesto.

¿Catastrofismo? No, bajo ningún punto de vista.

Es lo que estamos viendo, pero no queremos mirar. Jesús Véliz Ramos